martes, julio 17, 2007

Le temps qui reste (El tiempo que queda)




Dirección y guión: François Ozon.
País: Francia.Año: 2005.
Duración: 90 min.
Género: Drama.
Interpretación: Melvil Poupaud (Romain), Jeanne Moreau (Laura), Valeria Bruni-Tedeschi (Jany), Daniel Duval (Padre), Marie Rivière (Madre), Christian Sengewald (Sasha), Louise-Anne Hippeau (Sophie), Henri de Lorme (Doctor), Walter Pagano (Bruno), Ugo Soussan Trabelsi (Romain [Niño]).
Producción: Olivier Delbosc y Marc Missonnier.
Música: Marc-Antoine Charpentier, Arvo Pärt y Valentin Silvestrov.
Fotografía: Jeanne Lapoirie.
Montaje: Monica Coleman.
Diseño de producción: katia Wyszkop.
Vestuario: Pascaline Chavanne.
Estreno en Francia: 30 Noviembre 2005.
(Estrenada en Chile como "Tiempo para Vivir")

Comentario

Un nieto treintón, recién notificado de los pocos meses de vida que le quedan, se acerca desesperado al único familiar que le contará la verdad: su abuela. Una escena humana y muy bien lograda es rota de un sopetón cuando el nieto, Romain (Mevil Poupad), responde a la madre de su padre que se ha acercado a ella "porque estás tan cerca de la muerte como yo"... ¿tierno no?.

Quizás si esta escena pueda resumir el espíritu de esta película. El personaje principal, debiera ser odiado desde un principio, pero no lo es porque sabemos de su enfermedad y tendemos a explicarnos "el contexto" de sus desavaríos y malos tratos hacia quienes realmente le quieren.

Es la vida de Romain, un fotógrafo de modas, gay, egocéntrico, que de la noche a la mañana es golpeado por la desgracia. Su aparente carrera ascendente se va al suelo, no sabe que hacer con el tiempo que le resta, todo se sucede muy rápido, ... en un instante se detiene y asume que ... hay cosas que no va alcanzar a hacer.

La cinta privilegia la historia, no los dialogos, la sólida actuación de Poupad lo dice todo; aunque, desde ya, la historia no permite dobles lecturas. Es la muerte, la muerte que se aparece.

Recordaba que una vez mi madre, siendo yo aún un pre adolescente, me instó a detener un rato mi vida y a decirme con toda solemnidad "algo evidente pero que creía necesario que yo supiera y pensara"; y agregó: "nacemos para morir, con el nacimiento iniciamos nuestra muerte". Quedé callado un buen rato y, los que me conocen sabrán que ese es un síntoma claro de perplejidad. Desde ahí no lo he olvidado, es una forma de ver la vida que siempre ha estado presente, ...sin ser una obsesión.

Esa conversación infantil vino a mi cabeza después de ver esta película y creo que algo parecido debiera pasarle a todos Uds., sino sería bueno que les pasara ya.

Ozon es un gran director, no lo voy a descubrir yo; es este filme se nota. Hay ritmo suficiente para saborear cada escena y posibilidad de desentrañar la naturaleza de cada personaje, cada ser humano representado. Aunque el tema podría prestarse para discursos existencialistas y sesudas reflexiones, el director no cae en aquello.

Recomendable a todo evento, ignoro si aún esté en cartelera, sino acudan a la búsqueda del DVD.

1 comentario:

Sandra Ríos dijo...

Hola te saludo desde Colombia. Esta cinta se está presentando actualmente en mi país. Particularmente me gustó básicamente por la forma como se huminiza al límite el proceso y aceptación de la muerte. En mi blog suelo poner comentarios de otros bloggers sobre la película que comento y puse un aparte de este post. Te invito a verlo si quieres en: http://cinevistablog.blogspot.com/2007/11/el-tiempo-que-resta-la-realidad-la-hora.html